El año 2013 cierra como el posiblemente último de la crisis que nos azota y se nos indica que el próximo 2014 podría significar el despegue definitivo en todo el mundo. Hay indicadores que parecen llevarnos hasta esta creencia y sin ir más lejos, las navieras están aumentando sus precios desde los puertos chinos en los últimos meses en una posible previsión de un aumento de volumen de mercancías. También el Gobierno Chino ha impuesto una nueva tasa a la exportación.
En China la situación es un poco de compás de espera. Es un país que depende de las exportaciones y que durante la crisis ha intentado suplirlas mediante consumo interno, con resultados desiguales. Muchas empresas de manufactura han debido cerrar sus puertas por la disminución de sus ventas y ante la imposibilidad de mantener el negocio cuando el Gobierno Chino al mismo tiempo aumentaba el Salario Mínimo.
Existe la creencia en Europa de que ahora China «no tiene negocio» y que acepta pedidos por debajo de precio de coste o por debajo de las cantidades mínimas que solicitaban antes, lo cual es falso. Los empresarios chinos antes de acometer pérdidas prefieren cerrar la empresa ya que allí no existe el concepto del despido y en una semana pueden acometer el pago de impuestos pendientes y cerrar definitivamente.
Así que China espera con los brazos abiertos la solución a la crisis global para que la demanda externa consiga solventar el único dato que sigue apareciendo en rojo en sus registros, como veréis más abajo. Pero parece también que en China empiezan a ver la luz al final del túnel de la crisis global y los datos que arroja su economía son esperanzadores, como prueba el dato del título de la entrada, ya que en el tercer trimestre de 2013 el PIB de China o su Producto Interior Bruto creció un 7,8% interanual (38,67 billones de yuanes ó 4,64 billones de euros) según cifras oficiales. No sería noticia sino fuese porque en el segundo trimestre fue del 7,5% y por tanto es el segundo dato contínuo de aumento y ya supone un acumulado del 7,7% frente a las previsiones iniciales del Gobierno de 7,5%. Es decir, China crece por encima de lo previsto de nuevo tras 4 años de frenazo a su crecimiento anterior de doble dígito.
Junto a ese dato, cabe mencionar también otros datos que corroboran lo anterior:
1. La inversión en activos hasta septiembre fue de 30,92 billones de yuanes (3,71 billones de euros) y por tanto otro aumento interanual del 20,2%.
2. La inversión en activos inmobiliarios fue de 6,11 billones de yuanes (734.000 millones de euros), y un crecimiento interanual del 19,7%
3. Las ventas al por menor fueron de 16,88 billones de yuanes (2,02 billones de euros) y crecieron un 12,9% interanual.
4. La producción industrial aumentó un 10,2% interanual en septiembre.
5. El índice de precios al consumidor creció un 3,1% interanual.
Pero el único dato que aún sigue negativo son las exportaciones, que disminuyeron un 0,3%. China se marcó un objetivo de doblar el PIB y los ingresos per cápita en 2020 que no conseguirá si no consigue que sus exportaciones repunte para así al mismo tiempo llenar su exceso de producción y conseguir que vuelvan a financiarse correctamente sus Gobiernos Provinciales y Locales. Por ello hace un mes realizó importantes reformas sociales y también reformas económicas conocidas como el plan 383.